El Reino Unido no se compromete a ajustarse al acervo sanitario de la UE y, más concretamente, a las normas sobre los perros, gatos y hurones de compañía al término del período de transición y, por tanto, no permanecerá en el ámbito sanitario y fitosanitario de la UE.
Por consiguiente, para los perros, gatos y hurones de compañía introducidos en la UE e Irlanda del Norte se requerirá un certificado sanitario animal (sin necesidad de un análisis para detectar anticuerpos de la rabia).
Esto también se aplica a las dependencias de la Corona Británica.